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¿Te interesa comer saludable pero a la vez te interesa cuidar la economía de tu hogar? Haces muy bien. Puedes preparar los platillos que te agradan y les gustan a tus hijos y a tus familiares, logrando tu objetivo. Aquí  te decimos cómo.

En estos días, debido a la economía lenta, todos estamos cuidando nuestras moneditas. Pero cuando se trata de cocinar no queremos sacrificar el sabor y la calidad de nuestros alimentos.  Sigue estos consejos y ahorra en el supermercado.

  1. Planea con anticipación.  Prepara el menú para la semana y haz una lista de las compras. Esto te evitará que compres alimentos impulsivamente que no necesitas. Y recuerda que es mejor que vayas sola.
  2. Compra al por mayor. Unas buenas opciones son los granos, pastas, salsa de tomate,  nueces y frutas secas. El ahorro lo verás a largo plazo, pero ¡lo verás!
  3. Elige alimentos genéricos.  El valor nutritivo es el mismo sea enlatado, congelado o en bolsa. No gastes tu dinerito en el lugar equivocado.
  4. No te olvides de los alimentos básicos.  Una alimentación  nutritiva y saludable incluye carbohidratos, proteínas, grasas saludables y agua. Entre los carbohidratos: el arroz moreno, los camotes (batatas) y la avena son buenas opciones y son baratísimos. En el grupo de las proteínas, los huevos,  el pescado en lata, como el atún, el salmón y las sardinas  son súper saludables y riquísimos. También las legumbres como las lentejas, los frijoles (las habichuelas), los garbanzos, etc.  son cómodos, buenos para tu corazón y son altos en fibra, proteína, hierro y bajos en calorías.
  5. Obtén la tarjeta del supermercado. Algunas tarjetas hasta te dan dinero en forma de certificado una vez que has gastado una cantidad fija.  Te toma 5 minutos y ¡es gratis! Y no te olvides de usar cupones.
  6. Visita los mercados de los agricultores y compra frutas y verduras de la estación. Verás que es fácil mantenerte saludable y tener tu presupuesto en orden. Por ejemplo, en el invierno compra: naranjas,  manzanas, kiwis, espinacas y brócoli. En la primavera: uvas, mangos, fresas, sandia,  papas (patatas), y zanahorias.  En el verano, papas, tomates, aguacates (paltas), duraznos (melocotones). Finalmente, en el otoño: zanahorias, brócoli, peras, kiwis y melón son buenas opciones.

 

 

Fuente: VidaySalud