Imagen sin royalties: Breast Implant

En los últimos meses, varios países manifestaron sus reservas respecto a las prótesis mamarias PIP (siglas de Poli-Implant-Prothese) que, según se calcula tienen colocadas en el mundo 300 mil mujeres.

En algunos casos con fines estéticos y en otros con fines reconstructivos -en pacientes mastectomizadas por cáncer de mama-, las prótesis francesas han creado una gran controversia y preocupación.

«La cuestión clave es que las prótesis deben estar rellenas con un gel apto para la utilización en humanos, razón por la cual justamente se están cuestionando estas prótesis: se detectó que el gel utilizado es de tipo industrial y no médico«, explicó el doctor Ricardo Losardo, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Oncología Maria Curie, en Argentina.

El origen del peligro

«Cuando una prótesis se rompe -excepcionalmente, aunque es uno de los riesgos que existen-, la extravasación de su contenido irrita los tejidos circundantes. Es ahí donde entra a jugar un factor clave la calidad de su gel, pues ésta determinará la magnitud de dicha irritación o inflamación«, explicó Losardo.

Además el gel podría diseminarse a través de los vasos linfáticos al resto del organismo y ocasionar adenopatías axilares.

Es por todo esto que las prótesis deben tener una buena cubierta que las proteja de rupturas; justamente el motivo por el cual se cuestiona la calidad de las prótesis francesas que, señalaron, tienen un porcentaje de ruptura mayor que las demás.

Las soluciones antes el problema

Como es de público conocimiento, estas prótesis fabricadas desde hace unos veinte años en Francia, y comercializadas en casi todo el mundo, han presentado recientemente defectos en su contenido y en su cubierta. Las autoridades francesas aconsejaron a las portadoras de estas prótesis su retiro preventivo en una cirugía programada.

Tanto la Agencia Francesa de Vigilancia Sanitaria (AFSSAPS), como otros organismos de control de medicamentos y dispositivos médicos alrededor del mundo, inspeccionan periódicamente todas las partidas de implantes.

Según las fuentes consultadas, no se sabe desde cuándo las prótesis cuestionadas se empezaron a fabricar con silicona industrial, que es irritante, y que podría dañar la envoltura de la prótesis aumentando el riesgo de ruptura. No obstante en 2010, esta situación se difundió y la empresa quebró.

«El seguimiento médico de estas pacientes debe ser más riguroso que en el resto de los casos. Ecografías, mamografías y/o resonancia magnética son algunos de los estudios complementarios que el cirujano plástico deberá solicitar a la hora de evaluarlas. En cuanto a la aparición de algunos casos de cáncer entre las portadoras de estas prótesis, se está investigando si hay o no una relación directa causa-efecto», refirió.

>> Las portadoras de dichos implantes deben consultar con su médico,
para evaluar el estado de los mismos y la sugerencia de pautas de seguimiento apropiadas a cada situación particular.
Fuente: AOL